jueves, 28 de enero de 2010

Jornadas migrantes 2009


Durante la temporada de la cosecha del año 2009, como suele hacer todos los años nuestro equipo misionero, nos reunimos con las comunidades migrantes que llegan a recoger la fruta de todos los ranchos de la región.
Cada encuentro refleja el entusiasmo, a pesar de lo exigente de las jornadas de trabajo. Me atrevería a decir que la celebración de fe tiene un carácter mas festivo y la participación es mas rica y espontánea que las celebraciones que tenemos en el templo.
El 2009 nos permitió encontrar muchas personas que no habíamos conocido. Grupos solidarios, con las huellas que deja la experiencia de dejar un país y llegara otro tan diferente y con severas restricciones.
Puedo asegurar que la experiencia de fe, no solo como actitud religiosa, sino como elemento que dinamiza la vida y la mantiene de pie, frente a los desafíos, es realmente una energía contagiante entre las personas.
Nos preocupo mucho la situación alarmante que broto en México (H1N1) y luego fue brotando por todo el mundo. Gracias a Dios y a los líderes responsables de la salud publica, hubo medios para enfrentarla. Pero siempre en nuestros encuentros comentábamos y compartíamos orientación para prevenir la transmisión de la gripe.
Una vez mas palpamos como la fe, a veces expresada, otras veces adormecida se disemina con mas eficacia cuando alcanza la vida y las emociones concretas de las personas y sus comunidades: Entonces vemos como esta experiencia profunda y propiciada por la acción gratuita del Espíritu, obra como contagio y reanima.

Te invito a compartir un momento de cuando una de estas comunidades acoge la PALABRA durante una celebración en un campamento.







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